Crecimiento y Desarrollo Económico en Venezuela
José Grasso Vecchio.- Usualmente se mide el crecimiento de una economía por el aumento del Producto Interno Bruto (PIB) por habitante a lo largo del tiempo. Para que se hable de crecimiento de una economía éste debe ser sostenido y procurando no causar desequilibrios en otras variables como la balanza de pagos o los precios, por ejemplo.
El PIB es el valor de los bienes y servicios que la economía produce en un lapso determinado, valorados esos bienes y servicios a un determinado año que se considera la base para la medición. Pero el PIB tiene otra mirada, la cual consiste en el ingreso que reciben quienes producen esos bienes, lo que da lugar a la remuneración al capital y al trabajo, respectivamente, lo que se denomina la distribución factorial del ingreso.
Sin embargo, para muchos analistas el uso del PIB por habitante como referente del bienestar es incompleto, más allá de las dificultades propias de la medición de esa variable. Por ello las Naciones Unidas han adoptado el Índice de Desarrollo Humano (IDH) el cual “es un indicador nacido de la mano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que mide el nivel de desarrollo de cada país atendiendo a variables como la esperanza de vida, la educación y el ingreso per cápita (PIB por habitante). Este indicador fue desarrollado por el economista de Pakistán Mahbub ul Haq.
A partir de los conceptos de crecimiento económico evaluado por el PIB por habitante y el desarrollo considerado con el Índice de Desarrollo Humano, es evidente que para que una economía alcance el desarrollo, primero debe tener un crecimiento sostenible, expresado en más bienes y servicios para la población.
Son varios los factores que hacen posible el crecimiento y el desarrollo económico. La teoría económica ha identificado tres principalmente: el capital, el trabajo y el progreso técnico. En las naciones que actualmente se pueden considerar desarrolladas durante buena parte de su consolidación como economías prósperas, los resultados obedecieron a las importantes inversiones en capital físico, como las realizadas en la industria textil, siderúrgica, eléctrica, ferrocarriles, entre otras. Sin embargo, modernamente lo que está moviendo a las economías es el progreso técnico, el cual ha significado un aumento vigoroso de las productividades del capital y del trabajo, mediante nuevas tecnologías.
Venezuela salió del estancamiento y el ciclo de crecimiento económico comenzó con la industria petrolera a partir de 1917 cuando llegó la tecnología más moderna para explorar y explotar el petróleo, lo que implicó un cambio sin precedentes en el país, que al cabo de varios años permitió tener un territorio integrado y con recursos en divisas que ingresaban a un fisco incipiente pero que se organizó bajo la tutela del creador de la Hacienda Pública Nacional, el doctor Román Cárdenas. Ello permitió una expansión acelerada de la economía basada en la acumulación de capital y Venezuela inició su proceso de modernización, el cual reafirmó en el largo período que va desde los años treinta hasta 1977 cuando el ingreso por habitante y los demás indicadores de desarrollo como la esperanza de vida, el nivel educativo y la provisión de servicios públicos alcanzaron su nivel más alto.
Posteriormente, resultado del elevado endeudamiento, la inflación y las sucesivas devaluaciones de la moneda, y especialmente a partir de 1983, Venezuela fue parte de la llamada década perdida de América Latina donde los países se empobrecieron y cayó abruptamente sus condiciones de vida. La década de los noventa estuvo marcada por reformas en la mayoría de las economías de América Latina para promover la liberalización de los mercados y muchos de esos episodios terminaron en fracasos.
Venezuela requiere reanudar su crecimiento económico y marchar hacia el desarrollo sostenible. Ello demandará en lo inmediato aumentar la producción petrolera mediante un plan de inversiones que permita atraer capitales. La industria petrolera no tiene sustituto a corto plazo como palanca para aumentar el ingreso de los venezolanos, para lo cual es fundamental que Venezuela pueda acudir a los mercados internacionales de hidrocarburos y en condiciones de poder vender su crudo a los precios del mercado. Ello en un contexto de altos precios, pero con el riesgo del avance de las políticas orientadas a reducir las emisiones de gases de invernadero provenientes de los hidrocarburos y la adopción de energías más limpias, lo que a su vez apunta a la necesidad de la diversificación de nuestra economía.
Abogado Universidad Católica Andrés Bello. Master en Derecho Comparado Southern Methodist University Dallas Texas; Advanced Management for Bankers Wharton School en Philadelphia. Inició su carrera bancaria en 1976, con más de 40 años de experiencia bancaria. Ha ocupado diversos cargos gerenciales y de dirección en importantes instituciones. Fundador y presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down. Dictó clases de pregrado y postgrado en áreas de finanzas y banca en las principales Universidades del país.