Escenarios Petroleros y Venezuela
José Grasso Vecchio.- El mercado petrolero internacional se encuentra en una situación de tensión como resultado de tres eventos. En primer lugar, la decisión de la OPEP plus (los países de la OPEP más Rusia y México) de continuar con el recorte de producción de 2.000.000 de barriles diarios acordados en octubre de 2022. En segundo lugar, los temores a una recesión, especialmente por la situación de China de cerrar su economía debido al rebrote del Covid-19, lo cual ha implicado una disminución de la demanda de hidrocarburos y en tercer lugar, la reciente medida de los países del G7 más Australia, de imponer un tope al precio del petróleo de Rusia exportado por vía marítima.
Efectivamente, la OPEP en un esfuerzo por mantener los precios y enfrentar su declinación decidió una reducción de la extracción de crudos, la cual sin embargo no ha podido detener la tendencia a la baja de las cotizaciones del petróleo.
Con excepción de Estados Unidos e India, principalmente, los resultados de la economía mundial durante el tercer trimestre acusaron una desaceleración, hecho este que ha llevado a los operadores del mercado petrolero a sugerir que los precios se debilitarían para finales de 2022 y muy probablemente en 2023 a lo que se suma el límite a los precios del petróleo de Rusia con vigencia a partir del 5 de diciembre de 2022, con lo cual ninguna naviera o aseguradora de tanqueros petroleros podrá asegurar los cargamentos si los precios exceden los US$ 60 por barril.
De hecho, desde la imposición de ese tope el 5 de diciembre los precios de los principales marcadores del petróleo han caído más de US$ 6 por barril. No obstante ese comportamiento, al 7 de diciembre el crudo West Texas se cotizaba en US$ 73 por barril, lo que para muchos países productores y exportadores significa una fuente de ingresos extraordinarios.
A pesar de esta turbulencia del mercado petrolero global, para Venezuela se abre una oportunidad para producir y exportar más petróleo con la reciente licencia de la OFAC, sobre la base de una producción actual de 700.000 barriles diarios, de acuerdo con los expertos petroleros, en un lapso entre seis y ocho meses Chevron podría aumentar la producción hasta aproximadamente 100.000 barriles diarios y para llegar a los 200.000 barriles se requería entre doce y dieciocho meses más, teniendo que realizar inversiones importantes y activar nuevos taladros. Esto podría facilitarse con base en la licencia otorgada a las empresas de taladros, Baker Hughes, Waterford, entre otras.
La incidencia de ese incremento de la producción, a los precios actuales significaría para Venezuela si logra exportar 50.000 barriles adicionales, unos US$ 3.250.000 diarios o equivalentemente US$ 1.186 millones adicionales durante un año y el doble si la producción sube hasta los 100.000 barriles diarios, estos montos son importantes para la economía venezolana.
Igualmente, en términos de la actividad económica, 50.000 barriles diarios adicionales se expresarían en un aumento directo del PIB de 1,5% y 3% para el caso que se extraigan 100.000 barriles adicionales, sin incluir los impactos indirectos en actividades económicas asociadas al petróleo como la construcción, la industria metalmecánica y los servicios.
De esta manera, aunque los escenarios en el mercado mundial del petróleo se caracterizan por una complejidad extraordinaria, para Venezuela ellos se pueden traducir en una oportunidad que sería mejor si los temores a una recesión en los mercados mundiales se disipan y se logra un acuerdo razonable para poner fin a la guerra en Ucrania. Sin duda la noticia de Chevron es muy positiva para Venezuela y se abren más allá del tema petrolero un abanico de oportunidades para los diversos sectores económicos en nuestro país para los próximos años. Del esfuerzo del sector público y privado se podrá alcanzar un impacto positivo de crecimiento económico a partir del 2023.
Abogado Universidad Católica Andrés Bello. Master en Derecho Comparado Southern Methodist University Dallas Texas; Advanced Management for Bankers Wharton School en Philadelphia. Inició su carrera bancaria en 1976, con más de 40 años de experiencia bancaria. Ha ocupado diversos cargos gerenciales y de dirección en importantes instituciones. Fundador y presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down. Dictó clases de pregrado y postgrado en áreas de finanzas y banca en las principales Universidades del país.