OECD: Menos crecimiento e inflación persistente
José Grasso Vecchio.- El más reciente informe del 22 de noviembre de 2022, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés), plantea un panorama muy complejo para el cierre 2022 y 2023, el cual se puede resumir en que habrá menos crecimiento y persistente inflación a nivel global.
La OECD es una organización nacida en Europa en 1948 para implementar el Plan Marshall diseñado por Estados Unidos para la reconstrucción de Europa. Luego se ha expandido hasta incluir los treinta y cuatro (34) países más avanzados del mundo y a su vez tiene uno de los centros de investigaciones económicas más prestigioso y reconocido del mundo.
En el informe se evidencia que las economías de Estados Unidos y la Unión Europea tendrán una importante desaceleración en sus ritmo de crecimiento al pasar el aumento de sus PIB, desde 1,8% en 2022 a 0,5% en 2023 para la economía americana y de 3,3% en 2022 a 0,5% en 2023 para los países europeos. Es de destacar que los países en desarrollo de Asia van a tener mejor desempeño que Estados Unidos y la Unión Europea, aunque hay mucha preocupación por China no obstante la proyección de crecimiento económico de 4,6% para 2023.
Las expansiones económicas de dos dígitos que tuvo China hasta antes de la pandemia parecen ser cosa del pasado. China enfrenta tres grandes problemas actualmente: El encierro a causa de los casos de Covid19, la quiebra de la empresa inmobiliaria más grande del país y el deterioro de la cartera de crédito del sistema financiero. De acuerdo con el reporte, India mantendrá tasas de expansión económica elevadas, en el entorno del 6,5%, una de las mayores del mundo.
Entre los factores que están provocando esta retracción del crecimiento hay que mencionar el tono restrictivo de la política monetaria, expresado en alzas significativas de las tasas de interés, la escasez y aumento del precio de la energía, que afecta especialmente a Europa y la caída de los salarios debido a la inflación.
Para los países en desarrollo que dependen de la energía importada, los efectos sobre su declinante desempeño económico provienen del aumento del costo financiero producto del incremento de las tasas de interés, la apreciación del dólar y del deterioro de los términos de intercambio, debido justamente al peso de la factura energética en sus balanzas de pagos.
En materia de inflación se espera una disminución importante en Estados Unidos en 2023 y 2024 mientras que para la Unión Europea se anticipan niveles más elevados. En cualquier caso, se estima que mientras la política monetaria contractiva termine de completar su incidencia sobre los precios, persistirán tasas de inflación relativamente elevadas.
La OECD advierte sobre dos riesgos importantes para la economía mundial. En primer lugar, que los precios de la energía vuelvan a subir si no hay una resolución satisfactoria en la guerra de Ucrania. Ello podría impactar muy desfavorablemente a Europa, China e India más no a Estados Unidos quien es un exportador neto de gas. En segundo lugar, de seguir los aumentos de tasas de interés en lo que resta de 2022 y que se continúen en 2023, ello claramente puede hacer que el lento crecimiento se convierta en recesión. Ya la política monetaria restrictiva se está reflejando en un mayor peso del endeudamiento tanto de las empresas como de los hogares y en la falta de liquidez.
También la OECD propuso un conjunto de sugerencias para mitigar los impactos de la crisis. Primero, considera la organización que algunos países con inflación de dos dígitos deberían aumentar las tasas de interés, como es el caso de Inglaterra aún al costo de profundizar la ralentización de la actividad económica. Segundo, la política fiscal debe enfocarse principalmente en apoyar a las empresas y las familias a disminuir el costo de la energía al tiempo que facilita la transición hacia energías más limpias y tercero, propiciar cambios estructurales, orientados a propiciar mercados más competitivos para hacer más productiva la economía, reducir las barreras arancelarias, mejorar la calificación de la fuerza de trabajo y aplicar un programa de transferencia en efectivo a los sectores de menores ingresos.
Todo este panorama nos lleva a la importancia de que se logre la recuperación económica, ya que inflación, contracción y altas tasas de interés para combatirlas, también terminan siendo un escenario negativo. La contracción económica afecta los niveles de empleo, ya estamos viendo a nivel global importantes olas de despidos para ser frente a otro año complejo como el 2023. Hoy más que nunca es importante en lo personal y familiar cuidar los empleos, los emprendimientos o los negocios que se manejen. En las finanzas personales y familiares también debe tomarse acciones e importantes correctivos en materia de consumo, ahorro e inversión.
Abogado Universidad Católica Andrés Bello. Master en Derecho Comparado Southern Methodist University Dallas Texas; Advanced Management for Bankers Wharton School en Philadelphia. Inició su carrera bancaria en 1976, con más de 40 años de experiencia bancaria. Ha ocupado diversos cargos gerenciales y de dirección en importantes instituciones. Fundador y presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana para el Síndrome de Down. Dictó clases de pregrado y postgrado en áreas de finanzas y banca en las principales Universidades del país.