Los principales bancos españoles cerraron en 2022 un total de 1.360 sucursales en todo el país, quedando alrededor de 10.500 oficinas activas.
En ese sentido, hubo una reducción de 5.800 empleos, quedando activos solamente 120.600 trabajadores, de las 126.500 personas que había, según reseña Noticias Bancarias
Durante la pandemia de la COVID-19, los principales bancos españoles empezaron a ofrecer servicios digitales para facilitarles los trámites a sus clientes, ocasionando que la red de oficinas y la plantilla de trabajadores disminuyeran.
No obstante, las fusiones que se ejecutaron durante el año 2021 entre las entidades bancarias como CaixaBank y Bankia, así como también Unicaja y Liberbank, han estado «encaminadas».
